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Amelia se fue… cuando quiso y como quiso

Jubilada a los 51 años, nombrada en la Corte de Justicia por Oscar Castillo y cuestionada desde entonces, Amelia Sesto de Leiva se aleja de la Corte de Justicia de Catamarca.

Pero lo hace por voluntad propia, a los 77 años y porque quiere. De nada sirvieron los reclamos, protestas y pedidos de juicio político que se hicieron en su contra. Se va por decisión propia, porque quiere, y deja dos décadas de historia judicial para que mastiquen bronca sus detractores.

Desde 2001 hasta este 2021, en que se aceptará su dimisión, veinte largos años pasó Sesto de Leiva en la cúpular del Poder Judicial, el más rico de los tres poderes del Estado, el más intocable, el que goza de mejores presupuestos y al que nadie se atreve a molestar.

La noticia de su alejamiento ya había circulado como fake news el año pasado, hasta que ella dijo que sólo había empezado trámites para jubilarse.

La verdad es que ya se había jubilado en 1994, cuando le otorgaron una jubilación anticipada por el mes de febrero de ese año, algo que quedó largamente comprobado porque está la documentación disponible.

Por eso le apuntaron duro, porque la Constitución, en teoría, no permite que un jubilado sea designado. Y hubo mucho pataleo, y hasta un juicio político que estuvo a un pasito de hacerse, pero se frustró porque la protegieron 17 legisladores de la oposición.

Se va Sesto de Leiva, queda José “Pepe” Cáceres, último sobreviviente de la Corte del Frente Cívico y Social junto con Raúl Cippitelli, compañeros de la época en que eran apenas tres jueces.

Después pasaron a ser cinco con Lucía Corpacci y siete con Raúl Jalil, ya con mayoría del nuevo oficialismo.

Beso, despedida y una pregunta que se cae sola… ¿Para quién será la silla que queda vacía?

El Catucho

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