Los representantes de A.C.I.E.R.A. (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina), quien nuclea más de 15 mil iglesias a lo largo y ancho del país, se dirigieron al gobierno con un escrito.
Esto es lo que decía dicha carta: La pandemia ha puesto en evidencia, al menos, dos aristas de la vida. La primera, es una perspectiva materialista y economicista, perspectiva por la cual algunas naciones optaron, dando como resultado que esas naciones encabezan la estadística de mayor número de víctimas fatales. La segunda, arista de la vida, es aquella que, sin descuidar la importancia de lo material y del desarrollo económico, opta por privilegiar la vida humana por encima de toda otra consideración.
Sabiamente, usted ha conducido este proceso de privilegiar la vida, cuyo resultado ha sido un número reducido de víctimas, aunque siempre lamentable. Para alcanzar este logro, no sólo contó con un prestigioso equipo de expertos, sino que también logró encolumnar detrás de su liderazgo a diferentes actores políticos y sociales, que, sin renunciar a sus ideologías, han hecho primar el bien común por sobre cualquier grieta o posición partidaria. La defensa de la vida que usted ha liderado, ha sido y es el punto de encuentro de todos los argentinos. En la difícil etapa que vendrá, lo queremos animar a mantener esta opción preferencial por la vida de todos los argentinos: los argentinos nacidos, y los argentinos por nacer.
Como cristianos evangélicos, apoyamos su decisión y liderazgo en esta emergencia. Al igual que otros sectores de la sociedad, hemos redoblado nuestra vocación de servicio. Nuestros templos han estado cerrados, nuestras actividades reducidas al mínimo y nuestros recursos han sido afectados. Sin embargo, hemos multiplicado la asistencia a los necesitados, el socorro a los enfermos, el acompañamiento a los que sufren la angustia de la pandemia y la distribución de alimentos, mitigando el hambre de tantos compatriotas.
Al valorar su costosa decisión a favor de la vida, no podemos dejar de expresar nuestra consternación al verlo impulsar un proyecto de ley que implique la legalización del aborto. No ignoramos la complejidad del tema ni el dolor de la mujer que lleva adelante un embarazo vulnerable; pero no es la muerte del ser que lleva en su seno la solución de tal situación. Optar por la vida es hacerlo en todas las circunstancias y, muy en especial, en defensa de los más débiles, como lo son los niños por nacer. La vida de las madres que corren peligro de muerte a causa de abortos clandestinos e ilegales, no se resuelve con la muerte de los niños inocentes.
Le animamos a que, así como convocó a los mejores profesionales, unió a los argentinos y tomó difíciles decisiones, tenga el coraje ahora de superar presiones e intereses, y se decida a liderar un proceso de reflexión y diálogo que no vuelva a dividir a los argentinos, y evite ambas muertes: la de la madre y su hijo.
Nuestra nación ya ha sufrido demasiada sangre derramada. Es el tiempo, y creemos que usted puede ser la persona, que definitivamente establezca como un pilar para nuestra nación y su futuro el valor de la vida, y la igualdad de todos los argentinos en su derecho a vivir. Será el cimiento firme sobre el cual podremos encarar la reconstrucción que precisamos. Tenemos la convicción que, si lo hace, encontrará a la inmensa mayoría del pueblo argentino apoyándole y poniendo el máximo esfuerzo, como lo ha hecho en esta circunstancia presente.
Sepa usted que más de siete millones de argentinos que profesamos la fe cristiana evangélica, oramos diariamente por usted y el resto de las autoridades. Deseamos que Dios los colme de sabiduría y valor.